Arriba pueden ver el video de Love Spreads, corte de difusión del segundo álbum de los Stone Roses: Second Coming. El tema entró en el puesto número dos de los charts británicos del 95. Sin embargo esta situación no alcanzó para convencer a la crítica especializada ni al gran público del regreso en buena forma de la banda luego de casi seis años de ostracismo.
Tanto sus antiguos seguidores como la prensa se encontraban embriagados por los cantos de sirena del brit pop y añoraban que el regreso de los SR replicara el éxito de su primera placa homónima. Disco arto relevante de la movida Madchester, Stone Roses ofició de bisagra entre los años 80 y 90 e influenció en gran medida el sonido de bandas como Oasis y Blur.
Pero estos palmares no logran oscurecer el hecho de que aquél disco del año 89, frente a una escucha actual y minuciosa, reverbere en nuestros oídos de una manera un tanto anacrónica. Stone Roses envejeció mal y sus canciones, de innegable relevancia historiográfica, denotan un sonido demasiado deudor del post-punk y de la new wave ochentosa inglesa.
En tanto que en Second Coming la banda logró generar un sonido más depurado y contundente, apostando a combinar visos grooveros con canciones de riff pegadizos y temas acústicos con ricas variantes rítmicas. Lo cual los hace sonar atemoporales, que es la única eternidad que se le puede garantizar a la música.
Lamentablemente para los años en que se editó el disco aquellas bandas que ellos habían influenciado eran top ten desde hacia media década, sacando números 1 en los charts y gozando del prestigio generalizado. Esta situación sumada a las luchas internas entre Brown y Squire, condenaron definitivamente a disco y banda al olvido.
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